
Los agricultores argentinos están vendiendo sus cosecha de soja al ritmo más lento en 10 años, mientras los productores del país sudamericano apuestan a un probable debilitamiento del peso y posibles exenciones fiscales del gobierno del presidente libertario Javier Milei.
Los últimos datos del gobierno muestran que los agricultores de Argentina, el mayor exportador mundial de aceite y harina de soja, han vendido 8,4 millones de toneladas de soja 2024/25 hasta el 19 de marzo, lo que equivale a entre 17,3% y 18,1% de la cosecha esperada.
Este fue el ritmo más lento desde la temporada 2014/15, cuando se vendieron 15,71 TP3T de la cosecha de soja en el mismo período del año. Las ventas están un cuarto por debajo de las del año pasado. Los agricultores argentinos están vendiendo su cosecha de soja al ritmo más lento en 10 años mientras los productores del país sudamericano apuestan a un probable debilitamiento del peso y posibles exenciones impositivas del gobierno del presidente libertario Javier Milei.
Los últimos datos del gobierno muestran que los agricultores de Argentina, el mayor exportador mundial de aceite y harina de soja, han vendido 8,4 millones de toneladas de soja 2024/25 hasta el 19 de marzo, lo que equivale a entre 17,3% y 18,1% de la cosecha esperada.
Este fue el ritmo más lento desde la temporada 2014/15, cuando se vendieron 15,71 TP3T de la cosecha de soja en el mismo período del año. Las ventas están un cuarto por debajo de las del año pasado.
Expectativa de devaluación y beneficios fiscales
“Los productores solo venden lo necesario para cubrir sus gastos. Es otro año en el que esperan a ver qué pasa, sobre todo con el tipo de cambio”, dijo Pedro Jaquelín, agricultor de Pergamino, ciudad con gran producción de granos.
Los operadores argentinos han estado apostando a una depreciación más rápida del peso antes de un acuerdo de préstamo de US$1.400 millones con el Fondo Monetario Internacional. Los futuros del peso se han disparado desde mediados de mes.
Los cultivos de los agricultores locales tienen un precio en dólares, pero reciben el equivalente en pesos, lo que significa que un peso más débil les daría más moneda local, un incentivo para conservar sus cultivos.
Soja: pilar de las finanzas argentinas
“La incertidumbre y las cifras no cuadran. Los productores esperan un cambio”, dijo Jaquelin, quien también preside la sociedad rural de Pergamino, en la provincia de Buenos Aires.
La desaceleración de las ventas de soja preocupa a Milei, cuyo gobierno necesita dólares para ayudar a estabilizar el peso local. La soja es la principal fuente de divisas del país, principalmente a través de las exportaciones de aceite y harina de soja procesada.
El peso argentino se cotiza actualmente a 1.070 por dólar, aunque un contrato de futuros de junio se ha disparado a cerca de 1.200 por dólar en las últimas semanas. El gobierno ha intentado restar importancia a los rumores de una posible devaluación.
Esté atento a las exportaciones y promesas de Milei
Los agricultores también dijeron que estaban observando de cerca las tasas impositivas sobre las exportaciones de soja. Actualmente, la tasa es de 26% para la soja en grano. Para el aceite y la harina derivados de la soja, la tasa es de 24,5%. Algunos productores esperan que Milei cumpla sus promesas de reducirlos aún más después de una reducción temporal hasta junio.
“La idea en la cabeza de los productores es que si ya bajaron los precios una vez, ¿por qué no los van a volver a bajar?”, dijo Ricardo Bergmann, vicepresidente de la cámara de soja AcSoja.
El agricultor de Monte Buey, en la central provincia de Córdoba, agregó que hay varios proyectos de ley en etapa de comisiones en el Congreso. Estas propuestas pretenden reducir los impuestos a las exportaciones. El escenario cobra aún más importancia en un año en el que Milei intentará consolidar su poder en las elecciones de medio término, previstas para octubre.
Clima y maíz
El retraso en las ventas de soja también está relacionado con las condiciones climáticas adversas que enfrentan los agricultores argentinos. Durante la temporada 2024/25 hubo dificultades en diferentes períodos. Al comienzo de la siembra del año pasado, el clima ya presentaba desafíos. Más tarde, una grave sequía entre enero y febrero hizo que los productores fueran aún más cautelosos.
Sin embargo, las fuertes lluvias de la segunda mitad de febrero calmaron los temores sobre el impacto de la sequía y ayudaron a estimular una fuerte cosecha temprana de maíz. Los agricultores dijeron que están más centrados en las ventas de maíz, aprovechando los precios más fuertes.
“Se está cosechando más maíz temprano y está llegando ahora. Los agricultores están optando por vender más maíz”, dijo Lorena D’Angelo, analista agrícola de Rosario.
Mientras tanto, la cámara de exportadores y procesadores de granos CIARA-CEC constató un cambio en el escenario. Debido al menor ritmo de las ventas internas, los trituradores locales han incrementado el comercio con los agricultores paraguayos. Estos productores envían sus granos a las fábricas de Rosário a través de barcazas que navegan por el río Paraná.
Fuente: Maximilian Heath, Adam Jourdan y Sandra Maler | Noticias Agrícolas