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Un proyecto desarrollado por la Escuela Espacio Criativo/Colégio Enigma, con el apoyo de la Asociación de Productores de Algodón de Bahía (Abapa) y de la empresa SLC Agrícola, contribuye a que, en las próximas décadas, el paisaje del municipio de Barreiras y de otros de su entorno sea aún más colorido, con la incorporación de 300 nuevos árboles de Ipê, árbol símbolo del cerrado. Y también que los estudiantes que participaron en la iniciativa tengan un recuerdo permanente de su paso por la escuela y un recordatorio de la importancia que tiene el medio ambiente en sus vidas.
La plantación de plántulas donadas por la asociación de algodoneros y por SLC Agrícola tiene mucho más significado que el pequeño aumento de esos 300 árboles en el bioma, pues es apenas la parte final de un proyecto que se desarrolló a lo largo del semestre, involucrando disciplinas como Ciencias y Geografía, integradas en un contexto de sustentabilidad, con el enfoque de protección de los recursos naturales, como el agua y el suelo, la gestión de residuos y varios otros contenidos relacionados. Para superar las dificultades que impuso la pandemia, que inició con la ausencia de estudiantes en las aulas, los docentes habilitaron un drive thru para entregar los plantones.
Pero el trabajo de los alumnos de sexto, séptimo y noveno año de Educación Primaria II está lejos de terminar. “Después de plantar, deberán cuidar sus plántulas y enviarnos fotos mensualmente para que podamos ver su desarrollo. Esto les dará un punto extra en la calificación final del año”, explica la coordinadora pedagógica de Fundamental II, Janaína Câmara. Según ella, a lo largo de los meses de desarrollo del proyecto, estudiaron detalladamente el árbol elegido, el ipê, abarcando temas relacionados con la botánica y la agricultura. Dependiendo del año, tenían que preparar material especial, como una carpeta, una revista e incluso un cordel y una parodia. En medio de toda esta producción, también asistieron a una clase interactiva para discutir el tema.
Fue todo un éxito. Recibimos las plántulas de Abapa y SLC, las pusimos en un embalaje especial y se las entregamos a los estudiantes que vinieron a dejar sus trabajos semestrales en la escuela. Incluso las 40 plántulas que quedaron después del servicio en el auto se agotaron rápidamente cuando las anunciamos en el grupo de padres de WhatsApp, dice la maestra.
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Memoria viva
La acción también tuvo en cuenta el contexto en el que están insertos los estudiantes, donde la agricultura es el gran motor de la economía, en todos sus sectores, directa o indirectamente. “Les preguntamos a estos estudiantes si sus padres y abuelos, muchos de los cuales fueron agricultores pioneros de la región, habían plantado un árbol. Muchas historias surgieron con el tiempo a partir de esta respuesta, y eso es lo que queremos: que dentro de 20 años, cuando estos estudiantes sean adultos, puedan tener un recuerdo vivo en ese árbol”, dijo Janaína.
Feliz con el resultado de la iniciativa, el presidente de Abapa, Luís Carlos Bergamaschi, elogió el proyecto. Este tipo de actividad genera beneficios permanentes para todos los involucrados, con una mayor conciencia y una percepción más precisa de estos estudiantes sobre el lugar al que pertenecen y el significado que esto tiene. Abapa cree e invierte en la educación, la herramienta más eficaz para la transformación social. Y cuando esta abarca la producción agrícola, los alimentos, las fibras e incluso la conservación de la naturaleza, la educación se convierte en una fuerza aún más poderosa. Esperamos ver acciones como esta replicarse en todas las escuelas», afirmó el presidente.
Por: Noticias Agrícolas